miércoles, marzo 23, 2011

Ricardo Rocha : PRD: son dos, se toman juntos



Detrás de la Noticia
 Ricardo Rocha
PRD: son dos, se toman juntos

En los primeros minutos de este lunes se confirmó y conformó un evento inédito al menos en los tiempos recientes: la oficialización de dos partidos políticos coexistentes bajo el mismo logotipo, iguales siglas, pero muy distintos intereses y visiones de país.

Para algunos podría significar un positivo ejemplo de civilidad política. Pero no es así. Se trata de un fragilísimo matrimonio por conveniencia en el que unos y otros estarán durmiendo con el enemigo. Una unión impensable si no hubiera sido por las circunstancias que finalmente se impusieron.

En pocas palabras, la elección de Jesús Zambrano como presidente y Dolores Padierna como secretaria general es una especie de bomba de tiempo que estará allí, siempre a punto del estallido: uno representa a Los Chuchos de Nueva Izquierda, tribu que en la conducción de su tocayo Ortega ha demostrado con creces su vocación colaboracionista con el PAN-gobierno federal traducida en jugosas alianzas electorales en Oaxaca, Puebla, Sinaloa y Guerrero, mientras que la otra simboliza la fidelidad a López Obrador, el anticalderonismo como rito obligado al despertar y, por supuesto, el rechazo total a las alianzas con el partido del espurio.


Pero, ojo, que las apariencias engañan. O pueden ser engañosas, al menos en parte: Jesús no es el Lobo, ni Padierna la Caperucita; baste recordar que si hay desviaciones ideológicas que reclamarle a Zambrano habrá que reconocerle en cambio que es de los pocos luchadores de izquierda de toda la vida y que estuvo incluso en la guerrilla de su natal Sonora y luego en la cárcel con un balazo en la boca; en cambio, si bien hay que reconocerle a Padierna sus fidelidades doctrinarias también podrían discutirse sus actuaciones en el ejercicio del poder como delegada en Cuauhtémoc en tiempos del Lobohombo. Y conste que dejo fuera lo de la portación de marido prohibido porque siempre dije que el profe Bejarano hizo trampa —¿quién podría negarlo?—, pero que también fue miserablemente trampeado en una elaboradísima maniobra de relojería.

Así que parece que la explosión será cuestión de tiempo. Que más temprano que tarde Jesús y Dolores se estén peleando por los cajones de estacionamiento o se rayen el coche o de perdida se saquen la lengua cuando se encuentren en el pasillo. Ya muchos se frotan las manos.

Pero también es remotamente probable que eso no suceda. Y que el frágil equilibrio se mantenga pese a la mayoría de los funestos augurios. Y eso dependerá en principio de la inteligencia y la praxis de los señores Zambrano y Padierna durante una convivencia necesariamente compleja pero que no tiene que ser a cuchilladas y mucho menos por la espalda. Pero dependerá sobre todo del talento, la inteligencia y la conciencia histórica de dos factores que, como hemos dicho, tienen nombre y apellido: se llaman Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard. Los dos son ellos y su circunstancia. Por eso son los mejor posicionados para aspirar a la Presidencia de la República en el 2012 desde una plataforma de izquierda. Son ellos los que dividen opiniones entre partidarios y opositores de cada uno. Son ellos los únicos que pueden unir consensos para una disputa sensata y provechosa. Ya dijo Zambrano que quiere sentarlos junto con Dolores para clarificar de una vez por todas las reglas del juego.

Pero antes, todo pasa por la aduana del Estado de México. A los involucrados —incluido Alejandro Encinas, por supuesto— les urge un compromiso público y definitivo sobre la consulta de alianza con el PAN y aclarar si van a acatar sus resultados o rechazarla desde ahora. Es la alianza el demonio que más pronto amenaza con desgarrar al partido; hay que exorcizarlo de una vez por todas o aprender a vivir con él.

Por lo pronto, y resumiendo el actual capítulo, habría que decir que con toda seguridad ha sido desilusionante para sus detractores que la renovación de dirigencia en el PRD no haya terminado con muertos ni heridos. Y que al final una mayoría de delegados decidiera aceptar esta extraña sociedad de convivencia y tal vez de conveniencia a riesgo de que pueda terminar como Kramer contra Kramer. Quiero suponer que todavía hay algunos ilusos que tienen la esperanza de que, con todo y sus contradicciones, el Partido de la Revolución Democrática pueda rescatar lo que significó para millones de mexicanos como posibilidad de cambio en el 2006.

Ello pese a que, por ahora, son dos partidos en uno. Será por eso que al verlos me acordé de aquel anuncio de las aspirinas: son dos, pero se toman juntas.

ddn_rocha @hotmail.com Twitter: @RicardoRocha_MX Facebook: Ricardo Rocha-Detrás de la Noticia

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