Valdés, indigno presidente del IFE, abogado de Peña
Conjeturas
Álvaro Cepeda Neri
Además de Káram y Osorio Chong como defensores del peñapriismo, están los
magistrados del TRIFE que no encuentran la forma de sumarse a la pírrica
victoria al PRI de Peña (que se debería revertir invalidando la elección o por
vía del levantamiento popular cuya vanguardia son los estudiantes que no ceden
en su cuestionamiento al peñismo).
El presidente del IFE (con los consejeros-ciudadanos que guardan silencio
cuando debería prevalecer la discusión pública y no acuerdos en lo oscurito) ya
es abogado de oficio del mexiquense, pero racionalmente no es posible que el
tal Valdés sea la única voz cantante; tomando muy a pecho dar la cara y,
coludido con Soriana, Televisa y Tv-Azteca, sostener a coro que Peña es el
ganador y ya, sin reparar en las maniobras sucias que llevaron a cabo.
¿Y ya? Desde que se desgajó del PRI en 1988, y lo que quedó de él postuló a
Salinas, se han venido cometiendo los fraudes electorales hasta que este 2012
quieren a toda costa imponer a Peña y su grupo, semillero de Atlacomulco y templado
autoritariamente cuando la criminalidad en el Estado de México culminó con la
matanza de Atenco y la barbarie de las violaciones sexuales a las mujeres,
maximizando los feminicidios en esa entidad. Nadie como el todavía presidente
del IFE: Leonardo Valdés Zurita, machaca, con su vocecita afónica y su copete
al estilo peñista, con que el priista es el ganador, no en las urnas, por
supuesto, sino en las tiendas de Soriana donde votaron con tarjetas los que
vendieron el sufragio.
Para esto, Emilio Lozoya Austin se encargó de que embajadores, algunos
presidentes (hasta Hugo Chávez) y la señora Clinton, cayeran en la trampa de
felicitar a Peña, para tratar de consumar el hecho. Y Calderón lo invitó a
conocer Los Pinos, de donde ha de ahuecar el ala para volar al exilio. Pero,
Valdés es el más interesado en que Peña sea reconocido como sucesor del
panista, pues el PRI lo designó como consejero y lo arrimó a logros para
hacerlo presidir el IFE. Así, agarra monte hacia el peñismo y “rápido y
furioso” insiste sobre la cara cuantitativa del proceso y le guiña el ojo al
TRIFE para que se pliegue a la divisa de uno de sus más cínicos magistrados:
“lo que no se ganó con votos, no se ganará en la mesa judicial”.
Teniendo como aliado al representante del PRI-Peña en el IFE: Sebastián Lerdo
de Tejada, para cerrarle el paso a las denuncias y pruebas del fraude
electoral. Empero, bien peinadito con gel, Valdés se presenta todos los días
para rebatir, con sofismas (como el de por qué los perredistas no objetan la
victoria de Mancera en la capital del país) a sabiendas de que el fraude se
cometió en las zonas rurales del país con sobornos en monederos, celulares y
tarjetas para comprar en Soriana.
Valdés se ha hecho indigno de ser presidente del IFE por su atropellada parcialidad,
estando de acuerdo con la manipulación de las encuestas. No hay gato encerrado:
tal vez ya hasta empleo subterráneo tendrá con el peñismo. Y por lo pronto está
convertido en un funcionario al servicio de la causa peñista.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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